lunes, 21 de octubre de 2013

Estrategias de abasto y productividad garantizada: Los apoyos al sector primario

La autosuficiencia alimentaria es prioridad en la agenda de los gobiernos del mundo, porque representa el grado en el que una nación puede satisfacer autárquicamente sus necesidades a partir de la producción de su sector primario, y evitar así los vaivenes del mercado internacional de commodities.

Los diez países más industrializados del mundo no dudan en subsidiar a sus productores del sector agrícola hasta con un trillón de dólares, y Estados Unidos, Japón y la Unión Europea contabilizan hasta 1,500 tractores por cada mil productores en tanto que en México hay sólo 40.
A partir de 2007 el mercado resintió la demanda de economías emergentes como China, India, Brasil y Sudáfrica, incrementó los precios de cárnicos, lácteos, cereales, oleaginosas y azúcar; tendencia agudizada por una mayor demanda de productos agrícolas para producir bioenergéticos.

México no es ajeno a esta problemática y busca evitar el desabasto interno por incremento en los precios internacionales de alimentos, como sucedió entre 2007 y 2010. Se trata de buscar la seguridad alimentaria a partir de la autosuficiencia, ya que uno de cada cuatro mexicanos tiene deficiencias alimentarias, 14 de cada 100 párvulos tienen tallas bajas, indicativo de desnutrición crónica, y somos uno de los países con mayor obesidad adulta e infantil.

La política del presidente Enrique Peña Nieto busca incrementar en un millón de hectáreas los sistemas de riego tecnificados, encontrar nuevos mercados y promover cadenas productivas que agreguen valor. El país cuenta con 22 millones de hectáreas dedicadas a actividades agrícolas y ganaderas, además de los espacios dedicados a la acuacultura y silvicultura, que deben integrarse a los esquemas de apoyo productivo, tecnológico y de capacitación del gobierno federal y los estados.

Debemos prever el cambio climático y aprovechar la temporada de lluvias, para que contribuyan a la recarga de acuíferos y presas para alcanzar siembras y cosechas exitosas, sobre todo en zonas afectadas por la sequía.

Las reformas estructurales fortalecerán al sector primario, empleador por excelencia en los ranchos ganaderos y de jornaleros en las extensiones agrícolas modernas. La financiera facilitará el acceso al crédito; la energética permitirá relanzar la industria de fertilizantes, y la hacendaria liberará más recursos presupuestales al campo.

México retoma a la autosuficiencia alimentaria y el combate al hambre como asuntos de seguridad nacional, poniendo en el centro de la política pública el bienestar alimentario de la nación.

herrerafidel@hotmail.com


Twitter: @FidelHerrera

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