La autosuficiencia alimentaria es prioridad en la agenda de los gobiernos del mundo, porque representa el grado en el que una nación puede satisfacer autárquicamente sus necesidades a partir de la producción de su sector primario, y evitar así los vaivenes del mercado internacional de commodities.
Los diez países más industrializados del mundo no dudan en subsidiar a sus productores del sector agrícola hasta con un trillón de dólares, y Estados Unidos, Japón y la Unión Europea contabilizan hasta 1,500 tractores por cada mil productores en tanto que en México hay sólo 40.
A partir de 2007 el mercado resintió la demanda de economías emergentes como China, India, Brasil y Sudáfrica, incrementó los precios de cárnicos, lácteos, cereales, oleaginosas y azúcar; tendencia agudizada por una mayor demanda de productos agrícolas para producir bioenergéticos.
México no es ajeno a esta problemática y busca evitar el desabasto interno por incremento en los precios internacionales de alimentos, como sucedió entre 2007 y 2010. Se trata de buscar la seguridad alimentaria a partir de la autosuficiencia, ya que uno de cada cuatro mexicanos tiene deficiencias alimentarias, 14 de cada 100 párvulos tienen tallas bajas, indicativo de desnutrición crónica, y somos uno de los países con mayor obesidad adulta e infantil.
La política del presidente Enrique Peña Nieto busca incrementar en un millón de hectáreas los sistemas de riego tecnificados, encontrar nuevos mercados y promover cadenas productivas que agreguen valor. El país cuenta con 22 millones de hectáreas dedicadas a actividades agrícolas y ganaderas, además de los espacios dedicados a la acuacultura y silvicultura, que deben integrarse a los esquemas de apoyo productivo, tecnológico y de capacitación del gobierno federal y los estados.
Debemos prever el cambio climático y aprovechar la temporada de lluvias, para que contribuyan a la recarga de acuíferos y presas para alcanzar siembras y cosechas exitosas, sobre todo en zonas afectadas por la sequía.
Las reformas estructurales fortalecerán al sector primario, empleador por excelencia en los ranchos ganaderos y de jornaleros en las extensiones agrícolas modernas. La financiera facilitará el acceso al crédito; la energética permitirá relanzar la industria de fertilizantes, y la hacendaria liberará más recursos presupuestales al campo.
México retoma a la autosuficiencia alimentaria y el combate al hambre como asuntos de seguridad nacional, poniendo en el centro de la política pública el bienestar alimentario de la nación.
herrerafidel@hotmail.com
Twitter: @FidelHerrera
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