miércoles, 31 de octubre de 2012

El campo mexicano, palanca del desarrollo nacional

Patria Nueva 
Fidel Herrera Beltrán
31 de octubre de 2012
  1. Uno de los retos actuales del sector agropecuario se encuentra en contrarrestar su dependencia de subsidios y programas especiales para convertirse en una palanca dinámica y competitiva del desarrollo nacional.

2. El desafío es imponente: México requiere aumentar la producción de su sector agroindustrial en un veinte por ciento en los próximos seis años y en más de setenta en los próximos cincuenta; ello, a efecto de evitar la exposición a los vaivenes del mercado internacional de commodities, que en los últimos años se han acentuado por la escasez y las variaciones en los ciclos productivos derivados del cambio climático. Y es que esta exposición afecta a grandes sectores de la población, pero de manera especial a la más desprotegida en términos de ingreso.3. Es claro que cualquier estrategia o política que se ejecute a favor del campo deberá realizarse con una visión de largo plazo, debido a que este sector, por naturaleza propia, requiere de tiempo para adaptarse a los cambios.


4. Por principio, debemos buscar reducir el intermediarismo en los apoyos que reciben los campesinos de parte del Gobierno, y a la vez, cambiar el enfoque de los mismos, a fin de transitar del asistencialismo a la promoción de una cultura productiva empresarial y competitiva.


5. El nuevo rumbo deberá estar fincado en el uso intensivo de nuevas tecnologías de producción, que conduzcan a una creciente mecanización de la actividad agrícola, así como en la reactivación de la cadena productiva urea-amoniaco para satisfacer la demanda interna de fertilizantes y cortar la dependencia que tenemos de las importaciones en este rubro.


6. El equipo de transición de Enrique Peña Nieto que atiende este tema, encabezado por Enrique de la Madrid Cordero, ya ha detectado diversos puntos que deben revisarse en la materia. Destacan las siguientes interrogantes: ¿se están destinando recursos suficientes al campo?, ¿se puede tener una política agraria única para el país o debe especializarse de acuerdo a la geografía y vocación productiva? ¿Debemos producir para satisfacer la alimentación interna o priorizar al sector exportador?


7. Estos son tan sólo algunos de los cuestionamientos que este grupo de profesionales se está planteando, pertinentes para identificar la complejidad y heterogeneidad que prevalece en el sector. Ya sea por la gran diversidad que tenemos respecto a zonas productivas -altamente rentables o no- así como en la preminencia productiva del binomio subsistencia/autoconsumo. Los financiamientos y programas de apoyo, así como los procesos de distribución de los recursos deben modificarse, hasta el 


punto de garantizar los resultados que el país requiere.


8. Asimismo, la integración de un sistema de indicadores agrícolas será fundamental para verificar el éxito y conveniencia de los cambios implementados. También debemos reconocer que hay espacios donde las cosas están marchando bien. Este año tendremos buenas cosechas en varios cultivos, producto de condiciones climáticas favorables. Por ejemplo, esperamos una muy buena zafra azucarera, superior a los cinco millones de toneladas, por lo que el nuevo Gobierno también tendrá que plantear una estrategia que defienda los precios y el mercado de nuestros productos.


9. No hay espacio a equivocaciones, la nación tiene la esperanza puesta en Enrique Peña Nieto, quien a un mes de tomar protesta del Poder ejecutivo federal, ha mandado mensajes de un cambio importante en el paradigma organizacional de la administración pública para corregir el rumbo en el sector productivo nacional. 10. Sólo un enfoque integral para el campo permitirá reducir la pobreza alimentaria de los mexicanos e insertarnos como una economía fuerte y competitiva en el mercado global.


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