miércoles, 23 de marzo de 2011

Reforma política y reforma fiscal, ¡ya!

Patria Nueva

Hoy se cumplen 17 años de la muerte de Luis Donaldo Colosio Murrieta. Sus ideales y visión de país siguen vivos en nuestra memoria, igual que su aspiración de un México más justo para todos.

1.- Desde la presidencia del PRI, este lunes Humberto Moreira propuso la construcción clara, firme y urgente del Acuerdo Nacional para Combatir a la Pobreza. Este llamado está en la misma línea de la convocatoria hacia las reformas política y fiscal.

Estas convocatorias incluyentes son plenamente compartidas por los representantes populares emanados de nuestro instituto político que, desde las cámaras federales y los congresos estatales, se empeñan en producir propuestas concretas que respondan a las demandas sociales.

2.- Como dijo Luis Donaldo Colosio sobre el partido: "El PRI reconoce su responsabilidad y ésta es de la mayor importancia para el avance político de México. Los priístas sabemos que ser herederos de la Revolución Mexicana es un gran orgullo, pero ello no garantiza nuestra legitimidad política. La legitimidad debemos ganarla día con día, con nuestras propuestas, con nuestras acciones, con nuestros argumentos".

3.- Por lo mismo el senador Manlio Fabio Beltrones ha insistido en la imperiosa necesidad de lograr las reformas política y fiscal, para evitar conflictos y riesgos en el 2012. En el PRI sabemos de la urgencia de retomar el rumbo de la seguridad, el empleo y el progreso. Así ocurre, porque tenemos muy claro que tenemos que lograr la justicia social, y mantener nuestra política en las ideas y en un proyecto de nación justo e incluyente.

4.- En términos prácticos de medición, tenemos un déficit frente a democracias consolidadas, que se manifiesta con frecuencia en crisis de representatividad; desencanto hacia la política como mecanismo privilegiado para la resolución de conflictos; baja participación ciudadana en temas trascendentales, así como desinterés en la elaboración y seguimiento de políticas públicas.

Los regímenes presidenciales y parlamentarios consolidados han resuelto precisamente los problemas que a muchos países nos aquejan: falta de vivienda, educación de mala calidad, pésimos servicios públicos y privados.

5.- Una democracia de calidad implica tener dos elementos fundamentales: instituciones que funcionen bien y ciudadanos satisfechos con su gobierno. Hay mucho camino por recorrer para satisfacer ambas a plenitud.

Por ello, defiendo que la consolidación democrática de México debe avanzar ofreciendo a los ciudadanos libertad, equidad política y control sobre el gobierno, así como de quienes gobiernan y formulan las políticas. La tarea es tener instrumentos para que se alcance el objetivo nacional de reducir la pobreza y redistribuir el ingreso.

6.- Para que haya seguridad en el elector se necesita de plataformas serias y estratégicas, y no de alianzas derivadas de la ambición sin límite tras la búsqueda del poder, sin pensar en las necesidades de los ciudadanos. Necesitamos construir alianzas que partan de plataformas claras y que no vayan en contra de la naturaleza política.

El camino legislativo nos lleva de la reforma política a la reforma fiscal, para que se vuelvan efectivas y den resultados en el próximo gobierno, con rumbo, con dirección.

7.- Y un elemento que debemos tomar en cuenta para la reforma política es que ésta debe contener un alto grado de responsividad. Con este término me refiero, no sólo a la capacidad de respuesta del Estado ante las demandas ciudadanas, sino a recuperar los eslabones perdidos de la cadena de gobernabilidad democrática, de modo que las preferencias ciudadanas expresadas en las elecciones se transformen en compromisos claros, precisos e ineludibles de gobierno.

Lo anterior, también implica mejorar la profesionalización del servicio público, combatir la improvisación, fortalecer el seguimiento a las políticas públicas y la evaluación de resultados.

Debemos exigir tanto a los partidos políticos como a los gobiernos que de ellos emanen, responder a los intereses sociales. Implica examinar en qué medida nuestros órganos de gobierno obstaculizan los acuerdos entre las fuerzas políticas. La reforma política debe favorecer un sistema donde la legitimidad la otorga el ciudadano informado con base en la calidad del desempeño del servicio público.

8.- La reforma política no puede esperar. Tenemos que avanzar hacia el crecimiento económico y el desarrollo con las reformas estructurales que requiere el país, como la fiscal y política; necesitamos una democracia que aporte soluciones reales a la demanda de seguridad pública que enfrenta la población. Incluso las fuerzas productivas necesitan de una reforma laboral inminente, que forma parte de los cambios urgentes que México necesita.

9.- Para lograrlo, es necesario trascender el espacio de las descalificaciones, discutir las propuestas de reforma con seriedad y claridad, porque el interés que está en juego es el supremo interés de la patria.

Y sumarnos al combate de los acuerdos políticos vagos, que se acentúan ante la falta de respuestas eficientes a los problemas públicos y la aparente falta de voluntad de algunos actores que obstaculizan las reformas sin proponer alternativas.

10.- El objetivo del PRI es claro, crear las condiciones para que las políticas públicas tengan un sentido y valor social. Lograr que el país tenga instituciones y mecanismos que funcionen correctamente, den estabilidad política y una amplia legitimación de la ciudadanía. Las reformas deben provenir del acuerdo y el consenso de todos los partidos políticos.

De alcanzar esta meta, México podrá transitar hacia una mayor vida democrática y restablecerá el sistema político para recobrar la ruta del crecimiento y la generación de oportunidades de desarrollo para todos.

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