14 de Junio de 2012
Fidel Herrera Beltrán
Una de las industrias que más empleo
genera en nuestro país es la automotriz, que por sus características es
una de las más importantes de la economía nacional. Lo que ocurre en
este mercado es un referente inmediato para el resto de nuestro sector
industrial, de ahí que sea tan importante el análisis de su desarrollo.
México ocupa el décimo lugar a nivel
mundial en la producción automotriz y cuenta con un sector que comprende
a más de mil empresas de autopartes a lo largo de su territorio, la
mayoría de ellas de origen extranjero. En el año 2008, esta industria
produjo más de dos millones de unidades automotoras, que en gran medida
se destinaron al mercado de exportación. Sin embargo, en los años
subsecuentes la crisis financiera internacional la impactó de forma que
redujo significativamente su producción.
Hoy, la recuperación de la industria
automotriz es sostenida. La Asociación Mexicana de la Industria
Automotriz reporta que al mes de mayo la producción para la exportación
alcanzó la cifra record de 970,329 unidades, frente a las 847,044 que se
produjeron en igual periodo en 2011. Esto implica un incremento de
14.5% en la producción, lo que hace augurar que en este año se superarán
los 2 millones 130 unidades que se produjeron el año pasado.
La importancia de la industria
automotriz para México es manifiesta: genera casi un millón de empleos:
55 mil en armadoras, 433 mil en tiendas de autopartes, 83 mil en
distribuidoras, 167 mil en mercados de repuestos y 322 mil en centros de
servicios automotrices.
La recuperación de la industria
automotriz, tanto en producción total como en exportación, refleja un
hecho importante: la brecha de productividad de los trabajadores
mexicanos, frente a la de las naciones más industrializadas, se ha
equilibrado hasta alcanzar niveles de alta competencia internacional.
En este rubro, resulta fundamental la
propuesta del abanderado de la Coalición PRI-PVEM a la Presidencia de la
República, Enrique Peña Nieto, respecto a la reactivación del sector
industrial nacional a través del reforzamiento de la competitividad.
Para México, replantear la política
industrial implica articular diversas áreas del quehacer gubernamental,
de manera prioritaria tópicos como ciencia, tecnología, educación y
desarrollo del capital humano para facilitar, como he señalado en otras
entregas, la inserción de los jóvenes al mercado laboral. Sólo con esta
fórmula podremos ser competitivos en los escenarios que nos demanda la
era global.