miércoles, 8 de febrero de 2012

Estado, democracia y bienestar

Patria Nueva

Fidel Herrera Beltrán

8 de febrero de 2012


1. La desigualdad social ha sido tema recurrente en los análisis económicos de los principales organismos internacionales, de los departamentos de economía de las universidades más prestigiosas del mundo y de los estudios que los gobiernos desarrollados realizan para atender a este fenómeno.

2. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, así como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD), nos señalan un amplio repertorio de recomendaciones que deberíamos tomar en cuenta para enfrentar con solidez el que sigue siendo el principal reto de todas las naciones: propiciar igualdad de oportunidades, bienestar y democracia a sus habitantes.

3. Entre las recomendaciones para México, estos organismos señalaron el importante rol que debe jugar el Estado como agente generador de condiciones propicias para crear empleos y garantizar el acceso a los bienes y servicios esenciales como la educación, la vivienda, la alimentación y la seguridad.

4. Dentro de los países que integran el grupo de la OECD, México es la segunda nación con mayor desigualdad social, siendo superado por Chile, aunque también es justo reconocer que esta inequidad en la distribución del ingreso no es privativa de las naciones en vías de desarrollo, se ha hecho realidad en el llamado Primer Mundo, y de manera muy especial durante la última década.

5. Veamos por ejemplo el caso de los Estados Unidos. En el periodo de la posguerra, el diez por ciento de las personas con mayor poder económico detentaban el 35 por ciento de la riqueza nacional, mientras que en los últimos diez años esa proporción creció a 50 por ciento, lo que implica que la opulencia de unos cuantos creció a costa de todos los demás.

6. Esa diferencia creciente está generando dos clases sociales antagónicas, separadas por consideraciones distintas a las de tipo racial u origen étnico, cuya consecuencia es una marcada brecha en el ingreso y en el acceso a oportunidades de educación o empleo, principalmente entre la población joven.

7. De esta manera, es posible afirmar que la problemática económica que enfrentan hoy los países ricos es similar a la vivida en América Latina hace treinta años, cuando la caída de los precios internacionales de las materias primas, se combinó con un creciente endeudamiento externo con altas tasas de interés.

8. Es precisamente este fenómeno de endeudamiento externo el que alimenta una agenda política y económica alternativa, en la cual los actores políticos, sociales y económicos de esos países, cuestionan la viabilidad del sistema capitalista como lo conocemos, y en contraparte proponen mayor intervención del Estado en la economía, ya sea a través de una participación directa en empresas estatales o del establecimiento de regulaciones estrictas que limiten la especulación de capitales en las bolsas de valores.

9. La exitosa receta económica aplicada en países como China, Brasil o India, que conocemos bajo el nombre de "capitalismo de Estado", empieza a lucir atractiva para países que por décadas han pregonado la no intervención estatal en el funcionamiento de los mercados.

10. En los meses por venir podremos observar cómo los países desarrollados ajustan sus estrategias de Gobierno para acelerar los motores del crecimiento, mientras tanto nuestro país no puede permanecer al margen.

México requiere de un nuevo gobierno, con visión progresista, que deberá replantear su modelo económico, donde la intervención estatal se traduzca en políticas que impulsen el crecimiento económico y en la consolidación de un sistema democrático que brinde seguridad y bienestar a todos los mexicanos.


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