miércoles, 21 de octubre de 2015

La educación financiera es condición necesaria para la equidad y la inclusión social

1.   La educación constituye el mayor valor personal con el que cuenta un ser humano y la riqueza más sólida de cualquier sociedad. Hemos resaltado desde este espacio que la inversión que realiza un Estado en la formación de su ciudadanía representa su mayor capital y la única alternativa para alcanzar mejores niveles de bienestar.

2.   Hemos subrayado también la necesidad de tomar conciencia de la importancia de la educación permanente ante los acelerados cambios que se presentan en el conocimiento global para no correr el riesgo de caer en la obsolescencia.

3.  La educación financiera ha sido poco abordada en nuestro sistema educativo como parte del conocimiento integral, de manera indirecta la reciben sólo las familias de mayores recursos; de ahí que como bien afirmó el secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Luis Videgaray Caso, durante su intervención en la Semana Nacional de Educación Financiera 2015, “incrementar la educación financiera en las familias mexicanas es una forma de contribuir a la equidad y a la inclusión social”.

4.   La formación de un patrimonio a lo largo de la vida implica grandes esfuerzos de trabajo cotidiano, prevenir el riesgo de perderlo o de capitalizar oportunidades sólo es posible a través de un proceso educativo que nos lleve a tomar conciencia de la importancia de la cultura del ahorro y de su canalización hacia inversiones que ofrezcan garantías de sustentabilidad.

5.     En 1997, en función de los cambios que mostraban los indicadores demográficos, México reformó el sistema de pensiones de los trabajadores afiliados al IMSS con objeto de hacerlo financieramente viable en el largo plazo. En 2007 se llevó a cabo una reforma a la Ley del ISSSTE en el mismo sentido, incorporando a los trabajadores del sector público al Sistema de Ahorro para el Retiro.

6. En el nuevo modelo los recursos recaudados para el retiro, provenientes de las aportaciones que realizan las empresas, las dependencias o los propios trabajadores, son depositados en cuentas individuales en las que el ahorro de cada trabajador es manejado por la Administradora de Fondos para el Retiro (AFORE) de su elección.

7.  Las AFORES son instituciones financieras privadas que invierten los fondos de las cuentas de los trabajadores en diferentes instrumentos financieros para poder otorgarles una pensión vitalicia al momento de su retiro de la vida laboral. Están reguladas por la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, órgano administrativo desconcentrado de la SHCP.

8.  Cada una de las cuentas individuales está integrada por tres subcuentas: la de retiro, cesantía y vejez; la de vivienda; y la de aportaciones voluntarias.

9.  Es precisamente en esta última subcuenta donde los trabajadores pueden tener el mejor impacto positivo en el crecimiento de su patrimonio y por tanto en sus futuras pensiones, por ello la importancia de contar con una buena educación financiera que les permita visualizar los beneficios del ahorro voluntario para consolidar el futuro durante los años de productividad laboral y contar con una pensión digna al momento del retiro.


10. Las contribuciones voluntarias a las AFORES representan menos del 1% del total de ahorro, lo cual es un indicador de que en este renglón la tarea está pendiente. El estudio presentado en la reunión por el secretario de la OCDE, José Ángel Gurría Treviño, alerta a nuestro país al respecto.