"Con especial respeto y admiración
a todas las madres de México."
Fidel Herrera
10 de Mayo de 2012
En las discusiones sobre qué rumbo debe
tomar la nación y cuáles son las políticas públicas que deberán
incorporarse en la nueva agenda gubernamental, coincido plenamente con
el candidato a la Presidencia de la República de la Coalición Compromiso
por México PRI-Verde, Enrique Peña Nieto, respecto a establecer una
política industrial que nos convierta en una economía desarrollada y
próspera, pero que a la vez, mantenga un espíritu de responsabilidad
social.
Si bien alcanzar una dinámica de desarrollo y competitividad requiere
consolidar una serie de cambios fundamentales, entre ellos las reformas
estructurales energética, fiscal, laboral, también es preciso formular
políticas que apunten hacia la regulación de la responsabilidad social
de las empresas y la generación de incentivos a la producción
sustentable.
Responsabilidad Social Empresarial significa lograr un equilibrio entre
la disyuntiva del desarrollo económico y la conservación del medio
ambiente. Las empresas deben formar parte activa en la solución de los
retos que tenemos como sociedad. Está en su propio interés tener un
entorno más estable y próspero.
Estoy convencido de que el Plan Nacional de Desarrollo 2012-2018 deberá
establecer el diseño de una política industrial con perspectivas de
sustentabilidad que consideren como objetivos los siguientes:
1. La instalación de una institucionalidad que fomente la competencia y
combata la colusión, pero que además incorpore en la línea de capacidad
de respuesta del Estado la regulación en los temas de responsabilidad
social empresarial, sustentabilidad y transparencia de las empresas, de
modo que éstas puedan incluir en sus estrategias al medio ambiente;
2. La ecología industrial, es decir, que los desechos de una industria
se conviertan en los insumos de otra, y de esta manera se fomente la
cultura del reciclaje. Esto disminuirá de manera significativa la
emisión de gases contaminantes y la cantidad de residuos finales.
3. Lograr la eficiencia energética disminuyendo el consumo y desarrollando las alternativas de energía renovable.
Debemos evitar umbrales críticos, tal como nos lo señala la ONU, cuyos
efectos son irreversibles para nuestro planeta y el bienestar humano. La
incorporación de una política industrial es urgente en la agenda del
próximo gobierno. Es posible alcanzar empresas competitivas y
sostenibles, con prácticas responsables y generar una economía baja en
consumo de carbono, que permita convertirnos en una nación más
competitiva desarrollada y sustentable.