¡No a la importación de azúcar!
Patria Nueva
Fidel Herrera Beltrán
9 de Mayo de 2012
El anuncio de las autoridades mexicanas
respecto al incremento en cupos de azúcar procedente de Nicaragua y de
otros países, hasta por 250 mil toneladas, busca sustentarse en el
argumento de que la sequía que azota diversos estados del país afectó la
producción de caña; no obstante esta argumentación resulta inexacta.
Y es que, pese a las difíciles condiciones climáticas que han marcado
la producción agrícola en México durante los últimos meses, la
producción de azúcar mantendrá sus estimados, con lo que podrá ser
abastecida la demanda interna e incluso podrán ser exportados
excedentes. Las cifras indican que para la zafra 2011-2012, el proceso
de molienda de caña lleva una avance del 78.12 por ciento, se han molido
35'879,802 toneladas de caña y se han producido ya 3'877,802 de
toneladas de azúcar.
Con este avance en la producción azucarera es posible afirmar que la
demanda interna que asciende a alrededor de cuatro millones de toneladas
estará totalmente cubierta, el país podrá almacenar algunos miles más
ante cualquier crecimiento en la demanda, e insisto, podrá también
exportar excedentes.
¿Dónde se encuentra el argumento para abrir las cuotas de importación?
El hecho de que el precio internacional del azúcar sea superior al
interno, implica que debería de haber un incentivo para consumir la
producción local en lugar de importarla a precios mayores. El argumento
de que al importar más azúcar se regulará el precio doméstico es
totalmente falso, porque sucederá precisamente lo contrario, los
consumidores tendrán que pagar el sobrecosto que implica comprar azúcar
cara.
Uno de los principales problemas que ha arrastrado tradicionalmente la
industria azucarera ha sido la voracidad del intermediarismo que aumenta
del precio del azúcar hasta en un ochenta por ciento al menudeo, lo
cual indica que la distorsión no se encuentra en la industria
productora, sino en sus procesos de comercialización, ello sin ahondar
en el hecho de que cantidades importantes del endulzante entran al país
de manera irregular.
Es claro que la decisión de las autoridades es errónea. Mientras otros
países apuestan al fortalecimiento del mercado interno de sus
agroindustrias, en México se hace lo contrario, reduciéndose, poco a
poco, el número de hectáreas cultivadas de caña de azúcar, que en el
futuro cercano sabemos serán una de las principales fuentes de
biocombustibles.
Lamentablemente, esta decisión afectará al productor de caña, el
eslabón más débil de la cadena productiva, y ejercerá mayor presión para
que abandone sus parcelas en búsqueda de mejores alternativas de
subsistencia, o en otro escenario, que cambie su vocación productiva
hacia otros productos. Así, la importación de azúcar profundizará la
crisis financiera que arrastran algunos ingenios y los participantes en
el ciclo productivo.
Con justa razón, organismos como la Cámara Nacional de la Industria
Azucarera y Alcoholera, el Sindicato de Trabajadores de la Industria
Azucarera y Similares de la República Mexicana y el Consejo Mexicano de
Técnicos Azucareros se han pronunciado contra el incremento en las
cuotas de importación.
La agroindustria de la caña de azúcar se encuentra frente al reto de
resistir la ausencia de estrategias que detonen su productividad y
competitividad en los mercados globales, lo que podría transformar al
país en un importador neto en los próximos años.
Enrique Peña Nieto, candidato a la Presidencia por la coalición
PRI-PVEM y sus candidatos al Congreso, han manifestado la necesidad de
impulsar la sustentabilidad, la productividad y la tecnificación del
agro mexicano. Estamos a tiempo de recomponer el rumbo y fortalecer
nuestra agroindustria. ¡Votemos por un México productivo y sustentable!
www.fidelherrera.blogspot.com
www.nuevanacion.org
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