jueves, 10 de mayo de 2012

Proponen PRI y su candidato, Enrique Peña Nieto, un desarrollo agrícola sustentable y generador de empleos

¡No a la importación de azúcar!

Patria Nueva 

Fidel Herrera Beltrán

9 de Mayo de 2012

 

El anuncio de las autoridades mexicanas respecto al incremento en cupos de azúcar procedente de Nicaragua y de otros países, hasta por 250 mil toneladas, busca sustentarse en el argumento de que la sequía que azota diversos estados del país afectó la producción de caña; no obstante esta argumentación resulta inexacta. 

Y es que, pese a las difíciles condiciones climáticas que han marcado la producción agrícola en México durante los últimos meses, la producción de azúcar mantendrá sus estimados, con lo que podrá ser abastecida la demanda interna e incluso podrán ser exportados excedentes. Las cifras indican que para la zafra 2011-2012, el proceso de molienda de caña lleva una avance del 78.12 por ciento, se han molido 35'879,802 toneladas de caña y se han producido ya 3'877,802 de toneladas de azúcar. 

Con este avance en la producción azucarera es posible afirmar que la demanda interna que asciende a alrededor de cuatro millones de toneladas estará totalmente cubierta, el país podrá almacenar algunos miles más ante cualquier crecimiento en la demanda, e insisto, podrá también exportar excedentes. 

¿Dónde se encuentra el argumento para abrir las cuotas de importación?
El hecho de que el precio internacional del azúcar sea superior al interno, implica que debería de haber un incentivo para consumir la producción local en lugar de importarla a precios mayores. El argumento de que al importar más azúcar se regulará el precio doméstico es totalmente falso, porque sucederá precisamente lo contrario, los consumidores tendrán que pagar el sobrecosto que implica comprar azúcar cara. 

Uno de los principales problemas que ha arrastrado tradicionalmente la industria azucarera ha sido la voracidad del intermediarismo que aumenta del precio del azúcar hasta en un ochenta por ciento al menudeo, lo cual indica que la distorsión no se encuentra en la industria productora, sino en sus procesos de comercialización, ello sin ahondar en el hecho de que cantidades importantes del endulzante entran al país de manera irregular. 

Es claro que la decisión de las autoridades es errónea. Mientras otros países apuestan al fortalecimiento del mercado interno de sus agroindustrias, en México se hace lo contrario, reduciéndose, poco a poco, el número de hectáreas cultivadas de caña de azúcar, que en el futuro cercano sabemos serán una de las principales fuentes de biocombustibles. 

Lamentablemente, esta decisión afectará al productor de caña, el eslabón más débil de la cadena productiva, y ejercerá mayor presión para que abandone sus parcelas en búsqueda de mejores alternativas de subsistencia, o en otro escenario, que cambie su vocación productiva hacia otros productos. Así, la importación de azúcar profundizará la crisis financiera que arrastran algunos ingenios y los participantes en el ciclo productivo. 

Con justa razón, organismos como la Cámara Nacional de la Industria Azucarera y Alcoholera, el Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera y Similares de la República Mexicana y el Consejo Mexicano de Técnicos Azucareros se han pronunciado contra el incremento en las cuotas de importación. 

La agroindustria de la caña de azúcar se encuentra frente al reto de resistir la ausencia de estrategias que detonen su productividad y competitividad en los mercados globales, lo que podría transformar al país en un importador neto en los próximos años.
Enrique Peña Nieto, candidato a la Presidencia por la coalición PRI-PVEM y sus candidatos al Congreso, han manifestado la necesidad de impulsar la sustentabilidad, la productividad y la tecnificación del agro mexicano. Estamos a tiempo de recomponer el rumbo y fortalecer nuestra agroindustria. ¡Votemos por un México productivo y sustentable! 

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