miércoles, 17 de agosto de 2011

Una política de Estado para la juventud mexicana

Se es joven cuando se quiere transformar y no conservar; cuando se tiene la voluntad de hacer y no de poseer; cuando se ve siempre hacia delante y se cree todo posible.

JESÚS REYES HEROLES

1. Los jóvenes son el presente y el futuro de este país. En ellos se encuentra la misión de alcanzar las grandes metas que otras generaciones no lograron. Sin embargo, viven hoy la paradoja de ser los actores esenciales que México necesita para encontrar un rumbo, sin que el Estado mexicano muestre capacidad para proporcionales las herramientas necesarias para hacerlo.

2. De acuerdo con los datos de Inegi, un cuarto de la población mexicana es joven. Es decir, hay alrededor de 30 millones de personas entre 14 y 29 años que como parte de una democracia exigente, demandan respuestas ahora, impacientes de esperar otra década para obtenerlas. Hoy, la tasa de desocupación más alta de nuestra Población Económicamente Activa (PEA) también lastima a la juventud mexicana y las oportunidades laborales siguen siendo insuficientes ante el millón 300 mil empleos anuales que deben de generarse.

3. Por tanto, no sorprende que la migración se presente de manera intensa en este sector; del total de emigrantes internacionales, 57 por ciento tiene entre 15 y 29 años de edad. Pero lo más grave es que con su lozanía, se nos escapa también su creatividad, la plenitud de su talento y los sueños que eran para México.

4. Los problemas que enfrentan hoy los jóvenes son diversos y de difícil solución, se relacionan de manera especial con la pobreza y la desigualdad, motivos principales de la deserción escolar. El censo nacional indica que sólo el 17 por ciento de este sector poblacional alcanzó estudios de educación superior y un 2 por ciento no cuenta con nivel alguno de instrucción.

No se trata simplemente de lograr una cobertura en términos simples, sino de proporcionar acceso a los jóvenes a una educación de calidad y vinculada con las necesidades del sector productivo, a las empresas que es donde se genera el 75 por ciento de los empleos del país.

5. Por otro lado, la más reciente Encuesta Nacional de Adicciones, que es de 2008, muestra que aproximadamente 14 de cada 100 jóvenes entre 12 y 17 años ingieren alcohol. De ese número, nueve son "bebedores altos" y tres tienen "abuso-dependencia".

El tema de las adicciones en la población juvenil no puede ni debe tratarse sólo desde un punto de vista policial, es primordialmente un tema de salud pública, desintegración social y familiar, asuntos que siguen pendientes en la agenda del Gobierno federal.

6. Debemos entender que un joven sin educación vive en desamparo y condenado a vivir en la pobreza de por vida o a sumarse a las bandas delictivas, donde no se requieren grandes conocimientos. Los "focos rojos" se encienden cuando la delincuencia organizada se lanza al acecho de la fuerza adolescente.

7. Los países desarrollados han logrado visualizar bien la problemática anterior -pobreza, desigualdad, deserción escolar, baja competitividad, migración- y para atacarla han establecido instituciones en el primer nivel del Estado enfocadas exprofeso a los jóvenes. Los Ministerios o Secretarías de la juventud se encargan de garantizar un desarrollo integral para ellos, atendiendo tanto sus actividades formativas como el entorno de oportunidades y el desarrollo de capacidades profesionales, culturales y deportivas.

8. La experiencia internacional obliga a repensar las políticas que el Estado mexicano debe diseñar para facilitar un mejor futuro de nuestros jóvenes. Debemos apoyarnos en ellos para detonar innovaciones institucionales que favorezcan el desarrollo y la creación de nuevos liderazgos juveniles, comprometidos con el progreso nacional, la honestidad y la patria. No se trata sólo tener agencias de apoyos indiscriminados, ni de dotarlos de beneficios sin una estrategia clara de desarrollo.

9. Por el contrario, las políticas que se implementen deben lograr la disminución de las desigualdades sociales y aumentar el nivel educativo de nuestra juventud. La mejor inversión que puede hacer una sociedad reside en la formación del capital humano. En esa tarea, las tecnologías de información y el acceso generalizado al internet son aliados naturales.

Es necesario recordarles a las fuerzas políticas que hoy se preparan para competir en las elecciones federales del próximo año, en especial al PRI, donde milita la mayoría de la juventud mexicana, que el 1 de julio de 2012 por primera vez en su vida concurrirán a las urnas 9 millones de nuevos electores. Por eso la plataforma electoral debe incluir una política de Estado para la juventud.

10. Con ello me refiero a una propuesta que renueve el compromiso con los jóvenes mexicanos en cuanto a la generación de oportunidades, la inclusión social y la igualdad de género. Se trata del compromiso con una Patria Nueva, más justa y democrática.

Esta es la gran oportunidad de integrar a la dinámica social el fuerte impulso de la juventud. Garantizar para ellos una educación de calidad y su pleno acceso a los servicios de salud es fundamental. Lo demás corre por su cuenta: deporte, arte, cultura, música y todas aquellas actividades que hacen de la juventud la mejor época de la vida de cualquier persona.

La juventud tiene en sus manos la solución: ¡que hablen los jóvenes!

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