jueves, 24 de enero de 2013

México y la agenda doméstica del presidente Obama

24 de Enero de 2013
El presidente Obama inicia su segundo periodo al frente del gobierno de Estados Unidos de América, con la firme idea de avanzar en dos temas que interesan directamente a México en su relación bilateral. Me refiero a la reforma migratoria y a la eventual prohibición de la venta de armas de asalto.
En el tema migratorio, la agenda del presidente Obama se perfila hacia impulsar en el Congreso estadounidense reformas que abran un camino cierto hacia la ciudadanía de más de seis millones de compatriotas que trabajan en aquel país de manera irregular.
Recordemos que en el pasado proceso electoral, el Partido Demócrata conquistó el apoyo de los votantes hispanos de manera contundente; sólo uno de cada siete electores de origen latino votó por la formula republicana. El compromiso entonces con una reforma migratoria amplia es muy fuerte, al tiempo que confirma el rechazo a las posiciones extremas que sobre esa materia han adoptado representantes del Partido Republicano en los últimos años.
El segundo tema tiene que ver con la convicción que ha mostrado el Presidente para poner un alto a la venta indiscriminada de armas y fusiles de asalto. Los sondeos de opinión en la Unión Americana, muestran que la mayoría de los estadounidenses están en el ánimo de exigir a sus representantes endurecer, e incluso prohibir, la venta de ese tipo de armamento. Es claro que la tragedia acontecida hace poco más de un mes en la escuela primaria de Sandy Hook en el estado de Connecticut, tuvo mucho que ver con la fortaleza que hoy exhibe esa demanda ciudadana.
Para México, una eventual prohibición de la venta de armas de asalto y de sus municiones, representaría un avance fundamental para recuperar la paz en varias regiones del país, ya que alrededor del setenta por ciento del armamento que ha sido decomisado al crimen organizado, fue adquirido en armerías ubicadas en los Estados Unidos.
La buena noticia para México, es que estos dos temas avanzan en la agenda doméstica de nuestro vecino del Norte como resultado de presiones internas y compromisos realizados por su clase política. En ese contexto, la Cancillería mexicana seguramente acompañará el proceso, como lo ha venido haciendo, y abogará para que ambas iniciativas lleguen a buen puerto.
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