Las reformas recientes a nuestro marco normativo nacional, surgidas del compromiso del Presidente de la República, de los partidos políticos y de una ciudadanía más involucrada en los asuntos públicos, nos permiten apostar al futuro asumiéndolo como presente, y aprovechar nuestra historia para posicionar a México con mayor
competitividad en los mercados globales.
Lo alcanzado es una señal de que vamos por la ruta correcta hacia el mejoramiento de las condiciones de vida de los mexicanos, del fortalecimiento nacional, y de la apertura y madurez para aceptar los cambios, enfrentar los retos y reducir la desigualdad con nuevas e innovadoras herramientas jurídicas.
Los consensos requirieron de la voluntad política de las fuerzas políticas y de un gran compromiso por México. Los ajustes aún no terminan, pero hoy se ven con optimismo. Falta el diseño de las leyes secundarias y abordar temas como el de salud, la transparencia y rendición de cuentas, así como el fortalecimiento de nuestro sistema de justicia.
La modernización emprendida coloca a México en una posición privilegiada para consolidar su plataforma exportadora hacia América del Norte, región que incluye a dos de las principales economías del mundo, Estados Unidos y Canadá, así como de manera creciente hacia los dinámicos mercados de América Latina y el Caribe.
Los 43 tratados de libre comercio suscritos con países de tres continentes, nos permiten el acceso a casi mil millones de consumidores potenciales que representan más del 75 por ciento del PIB mundial, lo cual nos permite tener una visión de la importancia que reviste apuntalar la modernización del país.
La aprobación de las reformas política y energética consolida el paquete de reformas transformadoras propuestas por el presidente Enrique Peña Nieto, y establece las bases para generar un nuevo esquema de producción, basado en la competitividad y la productividad de los diversos sectores de la economía nacional.
Las reformas en educación, telecomunicaciones, hacendaria; el Código Único de Procedimientos Penales, la reforma que da autonomía al Instituto Federal de Acceso a la Información Pública, la política y la energética, cierran la primera parte de un proceso político democrático, participativo y enriquecedor. A estas reformas debemos sumar otras dos de carácter fundamental, la laboral y la reforma integral a la Ley de Amparo.
En el 2014 estaremos ya en el camino de consolidar las grandes transformaciones definidas en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018.
Twitter: @FidelHerrera
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