6 de Diciembre de 2012
Cada seis años el cambio de administración genera nuevas expectativas por alcanzar un México más justo y equitativo, más aun cuando en esta ocasión llega a la Presidencia de la República un hombre que no sólo ha demostrado liderazgo, carisma, capacidad de concertación política, diálogo y construcción de consensos, sino que también tiene un proyecto de gobierno claro y se ha hecho acompañar de un gran equipo de trabajo. El presidente constitucional de México, Enrique Peña Nieto, ha renovado, en muy pocos días, la esperanza de una nueva etapa de desarrollo nacional.
Las tareas que la ciudadanía espera sean atendidas por la administración federal son precisas: terminar con la ola de violencia impuesta por la delincuencia organizada en la última década, y cuya solución se visualiza a través del trabajo coordinado y eficaz de las instituciones de seguridad pública que se enmarcarán en la Secretaría de Gobernación. Igualmente importante resulta generar los empleos que la población demanda para asegurar un desarrollo social más equilibrado y democrático en la generación de oportunidades para todos.
Del mismo modo, esperamos cambios fundamentales en los sectores social, educativo, hacendario, energético y de telecomunicaciones, como ya quedó de manifiesto en los cinco ejes que guiarán las acciones de la nueva administración federal y que han quedado definidos puntualmente en el Pacto por México, firmado por las principales fuerzas políticas representadas en el Congreso. La virtud de este acuerdo es que retoma las aspiraciones legítimas de la sociedad, y las conjuga con las reformas y adecuaciones que requiere el estado para mejorar su desempeño en cada una de las áreas de la administración pública. Por esa ruta, hay certeza que el Presidente y su equipo de gobierno responderán no sólo al mandato democrático que le fue conferido por los mexicanos en julio pasado, sino a las exigencias de una sociedad cada vez más atenta y participativa en los asuntos públicos.
Con estas acciones, la nueva administración cumple con el principio democrático que inspira el cambio periódico del liderazgo en las responsabilidades públicas. Significa también la oportunidad para renovar nuestro pacto social, reconciliar a las fuerzas políticas y alinear los esfuerzos en torno a un solo objetivo: hacer de México un país más seguro, justo y democrático.
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www.fidelherrera.blogspot.com
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