1.- La firma del TLCAN en 1994 despertó amplias expectativas para la industria azucarera del país. Podrían fijarse controles a la importación de jarabe de maíz de alta fructosa, como quedó establecido en el Capítulo XXIII del documento, y abrir el mercado estadounidense a los excedentes azucareros nacionales. Sin embargo, no fue estipulado un mecanismo eficiente que detuviera el ingreso de alta fructuosa a nuestro país y en compensación, fue acordada una disposición a efecto de que a partir del séptimo año de operación del Tratado, 2002, México tuviera la oportunidad de exportar, libre de aranceles, todo su excedente de azúcar a su principal socio comercial.
2.- La disposición mencionada no se respetó por las llamadas Cartas Paralelas suscritas ese mismo año entre los jefes comerciales de ambos países, en las que se limitó el derecho a exportar nuestro excedente, de más de 500 mil toneladas, al mercado estadunidense permitiéndonos un cupo de importación de tan sólo 148 mil toneladas.
3.- En octubre de ese mismo año, a propuesta del Grupo Parlamentario del PRI en el Senado de la República, al que me honra haber pertenecido, fue aprobado por unanimidad un Punto de Acuerdo por el que exigimos el cabal cumplimiento de lo establecido en el TLCAN. De igual manera, el Poder Legislativo aprobó en la Ley de Ingresos de la Federación 2002 una disposición que imponía un gravamen del 20% por ciento a la alta fructosa que fuese utilizada por la industria refresquera y de jugos en demérito del azúcar nacional.
4.- A finales de marzo de 2014, la American Sugar Coalition inició una controversia ante el Departamento de Comercio de Estados Unidos en la que exigía una investigación de dumping contra la agroindustria azucarera mexicana por parte de la Comisión Estadounidense de Comercio Internacional, que debería dictaminar si las importaciones de azúcar mexicana estaban lesionando los intereses de los productores de ese país y sus consumidores.
5.- En agosto pasado, el Departamento de Comercio estadunidense fijó el pago de aranceles preliminares diferenciados de hasta el 15% a las exportaciones de azúcar mexicana, argumentando los supuestos subsidios que el Estado mexicano ha otorgado a esta agroindustria, y en octubre se suspendió la imposición de posible sanción por no comprobarse prácticas de dumping.
6.- Las negociaciones dirigidas con gran éxito por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, al frente de las cuales se encuentra el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, en coordinación con la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera, presidida por Juan Cortina Gallardo y el Fondo de Empresas Expropiadas del Sector Azucarero cuyo director es Carlos Rello Lara, lograron llegar a un Acuerdo de Suspensión de las medidas anteriores con objeto de poner fin a esta controversia, que de haber continuado hubiera tenido graves consecuencias para la agroindustria azucarera nacional.
7.- En el acuerdo alcanzado se espera que el cupo de importación ascienda a 1.5 millones de toneladas, es decir, 400 mil toneladas menos que el año pasado, y tendrá una vigencia de cinco años a partir del día 26 de noviembre próximo, fecha en la que se protocolizará oficialmente.
8.- México ocupa el sexto lugar mundial en la producción de azúcar y su producción se distribuye en 15 estados de la República. En la zafra 2013-2014 se produjeron 6'021,000 toneladas de azúcar, destacando Veracruz con 2'244,000 toneladas; Jalisco con 830,806 y San Luis Potosí con 566,493. De la agroindustria azucarera nacional, dependen directa o indirectamente tres millones de mexicanos y sus familias.
9.- El consumo interno y la reserva de azúcar que se almacena para abastecer el mercado ante demandas inesperadas ascienden a cuatro millones de toneladas, por lo que el excedente para exportación será de dos millones de toneladas que deberán ser comercializadas en otros mercados, incluido el estadunidense.
10.- La zafra 2014-2015 deberá sustentarse en la confianza en los acuerdos que suscribe México en el plano internacional. Los consumidores mexicanos sabemos con certeza que consumir azúcar es sano para la salud y apoya a la agroindustria azucarera nacional.
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