Fidel Herrera Beltrán
La visita del presidente Barack Obama a nuestro país, entre los días 2 y 4 de mayo próximos, representa una excelente oportunidad para estrechar los lazos de cooperación y amistad existentes entre ambas naciones, así como para plantear nuevos mecanismos de acción encaminados a la atención de los problemas que se generan por la vecindad.
Para Estados Unidos nuestro país representa un importante mercado para sus exportaciones, ya que el 11.8% del total de los productos que comercializan al exterior tienen como destino México; de manera similar, el 10.3% de las importaciones totales estadounidenses proceden de nuestra nación.
Uno de los temas más importantes de la relación bilateral está relacionado con la frontera que compartimos. Para ambas naciones, éste debe ser el lugar natural por el cual transiten mercancías y personas, pero sobre todo, un espacio que garantice permanentemente la seguridad interna. De ahí que los acuerdos que se tomen en esa materia durante la visita de Estado, estarán enfocados a resolver la problemática común que se enfrenta, evitando por todos los medios al alcance de los dos países los cruces de mercancías ilegales que se comercializan en los mercados negros internos y que provocan problemas sociales de gran magnitud.
La visita del presidente Obama a nuestro país es muy oportuna. Es de reconocerse su liderazgo y el trabajo que ha realizado al relanzar el sistema de seguridad social estadounidense con el objetivo de favorecer a grupos que tradicionalmente han permanecido marginados de sus beneficios. Para el presidente Enrique Peña Nieto este encuentro, como anfitrión, le permitirá fortalecer un mandato que se está caracterizando por un acelerado ritmo de trabajo y claridad en sus programas de acción, encaminados a fortalecer la posición de México como actor global responsable. Los cambios que se están registrando internamente se visualizan ya en el exterior como un claro mensaje de que nuestro país transita con un rumbo definido hacia el futuro.
Las visitas de Estado son importantes para fortalecer los vínculos de unión entre los pueblos. México, con esta reunión bilateral, así como con los viajes internacionales que lleva a cabo el Presidente de la República, retoma la forma y el fondo de una política exterior que por años ha mantenido la presencia y el prestigio de nuestro país en el mundo.
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