miércoles, 23 de febrero de 2011

La reforma fiscal urgente, Los sentimientos de una nueva nación

1. La ausencia de cambios estructurales en México -junto a otros factores como la crisis de seguridad pública y la inestabilidad financiera internacional- representa uno de los principales obstáculos al crecimiento de la economía nacional.

2. Las expectativas de los expertos son poco optimistas ante el comportamiento reciente del déficit fiscal, la ausencia de innovaciones institucionales y la escasa visión del Gobierno federal para establecer un sistema tributario eficiente y justo.

3. Esta realidad no es ajena al grupo parlamentario del PRI en el Senado, que en una actitud responsable y comprometida con los ciudadanos está impulsando una reforma hacendaria que contrarreste la fragilidad presupuestal que enfrenta el Gobierno y regrese al país por la senda del desarrollo y el crecimiento sostenido.

4. Y es que a una década de la alternancia en la Presidencia de la República, los números dejan poco espacio a la interpretación y los pretextos. De acuerdo con datos de INEGI, el Banxico y la SHCP, el balance de los últimos diez años respecto a la década previa a 2000 es el siguiente: hemos tenido un menor crecimiento económico anual en promedio, esto es, sólo 1.49 por ciento entre 2001-2010, mientras en 1991-2000 fue de 2.67 por ciento. El desempleo abierto fue de 5.7 y 2.2 por ciento, respectivamente, y la informalidad como porcentaje de la población total creció 2 por ciento en los últimos diez años.

5. La estructura de los ingresos fiscales tampoco se modificó. No sólo seguimos siendo dependientes de la renta petrolera, sino que se incrementó el gasto corriente del Gobierno federal a un ritmo acelerado. La base tributaria también se vio deprimida al caer 5 por ciento respecto a 1999. El resultado ha sido la creación de más impuestos especiales en perjuicio de los contribuyentes cautivos.

6. Coincido plenamente con los senadores del PRI en el sentido de colocar la modificación del IVA sobre la mesa de discusión, así como extender su aplicación a la mayoría de los productos. No hay duda del carácter regresivo de este impuesto, pero en el corto plazo es el único que garantiza un aumento en la capacidad recaudatoria del Estado. Al mismo tiempo, no se debe bajar la guardia en materia de combate a la evasión, la informalidad y la existencia de los llamados regímenes especiales.

7. En este terreno, el argumento de los senadores priístas, impulsores de esta trascendental reforma, es congruente, ya que busca impulsar una mayor recaudación, pero también enfatiza que los productos de primera necesidad queden exentos en una canasta básica que realmente sea adquirida por los que menos tienen.

Y como ha expresado el senador Francisco Labastida, el PRI está dispuesto a encontrar acuerdos no sólo con los diputados, sino también con el propio Gobierno, en un consenso que debe estar basado en la razón y en los intereses superiores del país.

8. Al mismo tiempo, la iniciativa no descuida la generación de incentivos para que los contribuyentes cumplan con sus obligaciones (mayor recaudación con menores tasas impositivas), aumentar la eficacia del Gobierno en la utilización de los recursos públicos (política fiscal sana, con mayor rendición de cuentas) y de establecer las condiciones para una mayor inversión (realizar una simplificación fiscal).

9. El proyecto que encabeza el senador Manlio Fabio Beltrones señala claramente que cualquier reforma fiscal que lleve a un eventual incremento en los recursos que dispone el Gobierno debe estar vinculada al proyecto de desarrollo nacional, y por ningún motivo puede estar encaminada a elevar el gasto corriente de la administración pública centralizada. Por el contrario, debe ir acompañada de una política de transparencia e información al contribuyente.

En otras palabras, debe explicar con toda claridad el destino de los recursos y su impacto esperado en materia de desarrollo social y económico, pues tenemos que avanzar hacia una democracia con transparencia y rendición de cuentas, de instituciones eficientes y con una ciudadanía participativa.

10. Finalmente, la importancia y trascendencia de la propuesta de reforma hacendaria que defienden los senadores priístas va más allá de resolver la insolvencia del Gobierno. En el fondo, esta iniciativa significa generar las condiciones que propicien el acceso de los ciudadanos a más empleos y mejor remunerados, encaminar a las instituciones hacia el desarrollo y la modernización, lo cual estimulará el crecimiento del país y sin duda disminuirá la pobreza.

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