por Fidel Herrera Beltrán
Desde Veracruz decimos a las instituciones de la nación y al Presidente de la República, Felipe Calderón, que Veracruz está de pie, firme, respondiendo al llamado a la unidad para luchar en contra de la criminalidad, la impunidad y todo lo que atente contra la integridad de México y de la familia mexicana.
Veracruz se inscribe en el Acuerdo Nacional y lo reforzamos volviéndolo materia de acción puntual en cada uno de los ámbitos donde la responsabilidad recae en la autoridad del Estado, de los municipios y en cada uno de los ámbitos donde corresponde al ciudadano, a la familia, al individuo o a la organización cumplir con su tarea para resguardar valores, principios y, desde luego, preservar sus libertades, garantías y derechos, sustantivamente los humanos, sustantivamente los políticos, sustantivamente los sociales.
Asimismo, en el marco de nuestro arreglo federal constitucional, Veracruz asume su corresponsabilidad con la Federación en materia de seguridad pública. Sumamos nuestro esfuerzo para formar y reforzar el frente común por la seguridad y la legalidad en el país.
Se viven momentos en que la ola de criminalidad que agrede a la sociedad con acciones arteras pareciera establecerse o pretendiera hacerlo en vastas partes del territorio de la nación, y que hubiera estado o quisiera reafirmar su presencia en territorio de Veracruz.
Por eso, con una decisión firme de no permitirlo, de no extender carta de naturalización a los enemigos de la ley, para una política de cero tolerancia, con decisión y energía, sin las exageraciones que luego propician la comisión de delitos al propagar de manera maliciosa o indebida especies que no se fundan en la realidad, lejos de cualquier intento de ocultar para maquillar, pero también lejos de cualquier intento de exagerar para utilizar, hacemos esta expresión que deja atrás, en los hechos, los intereses particulares y aun los partidarios de aquellos que firman el Acuerdo, para comprometernos por el interés general, que es el del todo, que es la nación, desde aquí, de una de las partes que es Veracruz, para hacer lo que nos corresponda.
Es claro que si hay algo que desean los criminales, los del crimen organizado y del no organizado, es la discordia; quieren enfrentar a los mexicanos entre sí para así reducir las posibilidades reales que tenemos de vencerlos. Y allí se equivocan, se equivocan las bandas criminales, porque unidos las fuerzas institucionales y la sociedad somos más fuertes que cualquier amenaza.
En Veracruz, el que la hace la paga.
Y es que la magnitud que ha alcanzado el crimen en el país no distingue ni condición económica, ni política, ni social, y lamentablemente afecta o pareciera afectar cada vez a más y más partes de la república, y piensan que aquí en Veracruz pueden hacer lo propio.
Con solidaridad inmediata reaccionamos al llamado de unidad nacional para expresar nuestro repudio a los lamentables y criminales hechos de Morelia, como también a otros hechos proditorios como los acontecidos en el Estado de México.
La sociedad nos exige garantías de seguridad y progreso, y nos exige resultados; nos señala que el monopolio del uso de la ley, para hacer que la ley se respete, le corresponde al Gobierno. Ese es un hecho que nadie, ni en los ayuntamientos, ni en los poderes del Estado, ni de la Federación, puede rehuir.
Sin embargo, el llamado que ahora extendemos a toda la sociedad, a todas las organizaciones, a todos los ámbitos, tiene el propósito de enviar un mensaje claro, contundente, definitivo, enérgico.
No estamos dispuestos a perder la oportunidad de disfrutar de nuestros parques y jardines, de nuestros sitios de esparcimiento y de nuestros espacios o instalaciones de la cultura, el deporte o la recreación.
Veracruz es un pueblo amistoso, solidario y trabajador, es gentil, que disfruta vivir en paz, pero que exige también que a quienes violan este acuerdo fundamental, este código de conducta de la familia veracruzana, se les aplique todo el peso de la ley.
En los últimos años hemos venido generando una dinámica de atracción de inversiones imponentes, de generación de empleos, hemos logrado romper la curva de la desindustrialización y hemos logrado también penetrar con éxito en el combate a la pobreza extrema, esa otra forma de inequidad y de injusticia que, con la misma decisión que combatimos al crimen, debemos combatir con todo la fuerza del Estado.
Porque allí, en el origen social, en las diferencias del ingreso, encontramos también otra responsabilidad que no podemos rehuir y que asumimos con toda decisión a la hora en que asumimos la de aplicar la ley contra la de la delincuencia.
Nada ni nadie puede atentar contra nuestro derecho y nuestra decisión de vivir con alegría. Una y otra vez afirmamos, y lo hacemos con toda claridad y decisión, que en Veracruz la delincuencia no puede asentarse, que no hay ni salvoconducto ni acuerdos y sí un combate a fondo contra quienes de afuera o de adentro intenten establecerse en nuestro territorio.
Veracruz es tierra de leyes, aquí vamos a seguir demandando la aplicación de la ley sin complacencias. A quien viole una norma jurídica hay que aplicarle la ley.
Y hay que buscar favorecer, con los instrumentos del respaldo jurídico, las acciones inmediatas que junto a la flagrancia posibiliten a los cuerpos de policía y a las fuerzas de seguridad su acción y su trabajo.
Reconozco -porque ha sido la decisión al unirnos en este Pacto por la Seguridad de los Veracruzanos- una que tomamos con absoluta claridad e inmediatez en torno del presidente Calderón que nos alienta, nos respalda: el valor, la limpieza, la decisión el coraje y la entrega del heroico Ejército mexicano.
Vamos a perfeccionar todos los mecanismos que están incluidos en los resolutivos del Acuerdo Nacional, que a nombre de las instituciones y el pueblo de Veracruz tuve a bien firmar en Palacio Nacional, y a dar seguimiento a cada una de las decisiones que allí están contenidas.
Vamos a cumplir con cada uno de los 10 puntos de la declaración que está contenida en el proyecto de pacto que firmaron los presidentes y dirigencias de los partidos políticos -de las que aceptamos la propuesta para delinear algunos conceptos en el pacto, que responsabilicen con nombre y apellido a quienes no les tiembla la mano, para defender a Veracruz y respaldar con generosidad a las instituciones de la nación-, réplica en exactitud del Acuerdo Nacional y que agrega otras decisiones que los veracruzanos tenemos para proteger a nuestras familias, adultos mayores, niños, comerciantes, a prestadores de servicio y a la ciudadanía.
Se trata de cumplir el primer lineamiento del Acuerdo Nacional, se trata de que cada uno de los diferentes acuerdos que han sido ya desarrollados y evaluados o están siendo implementados ante las dependencias responsabilizadas, en Veracruz se les dé seguimiento y se agreguen aspectos que los dimensionan y los multiplican.
Estamos ante una delincuencia que cuenta con vastos recursos económicos y organizativos que son cada vez más sofisticados.
Por eso, la posibilidad de combatirla con éxito está, sí, en ser claros en el discurso pero mejores en la acción, en emplear nuestros instrumentos lícitos y estrategias y tácticas de alcance global y particular por las regiones, por las zonas, por los sectores de 14 puntos vulnerables que en Veracruz, con los estudios de inteligencia, hemos podido establecer.
Nada ni nadie puede atentar contra Veracruz, contra la inocencia de nuestros niños y jóvenes, contra nuestras mujeres y contra nuestros ciudadanos.
En ese sentido, al unirnos en un pacto por la seguridad de los veracruzanos y respaldar al presidente Felipe Calderón en torno del Acuerdo Nacional para la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, proponemos líneas de acción con tiempos y responsables.
Y recordando la frase a la que hacía memoria, aun a costa de la vida, hay que hacer que Veracruz viva en paz.
Vamos por ellos. Vamos por la paz.
Veracruz se inscribe en el Acuerdo Nacional y lo reforzamos volviéndolo materia de acción puntual en cada uno de los ámbitos donde la responsabilidad recae en la autoridad del Estado, de los municipios y en cada uno de los ámbitos donde corresponde al ciudadano, a la familia, al individuo o a la organización cumplir con su tarea para resguardar valores, principios y, desde luego, preservar sus libertades, garantías y derechos, sustantivamente los humanos, sustantivamente los políticos, sustantivamente los sociales.
Asimismo, en el marco de nuestro arreglo federal constitucional, Veracruz asume su corresponsabilidad con la Federación en materia de seguridad pública. Sumamos nuestro esfuerzo para formar y reforzar el frente común por la seguridad y la legalidad en el país.
Se viven momentos en que la ola de criminalidad que agrede a la sociedad con acciones arteras pareciera establecerse o pretendiera hacerlo en vastas partes del territorio de la nación, y que hubiera estado o quisiera reafirmar su presencia en territorio de Veracruz.
Por eso, con una decisión firme de no permitirlo, de no extender carta de naturalización a los enemigos de la ley, para una política de cero tolerancia, con decisión y energía, sin las exageraciones que luego propician la comisión de delitos al propagar de manera maliciosa o indebida especies que no se fundan en la realidad, lejos de cualquier intento de ocultar para maquillar, pero también lejos de cualquier intento de exagerar para utilizar, hacemos esta expresión que deja atrás, en los hechos, los intereses particulares y aun los partidarios de aquellos que firman el Acuerdo, para comprometernos por el interés general, que es el del todo, que es la nación, desde aquí, de una de las partes que es Veracruz, para hacer lo que nos corresponda.
Es claro que si hay algo que desean los criminales, los del crimen organizado y del no organizado, es la discordia; quieren enfrentar a los mexicanos entre sí para así reducir las posibilidades reales que tenemos de vencerlos. Y allí se equivocan, se equivocan las bandas criminales, porque unidos las fuerzas institucionales y la sociedad somos más fuertes que cualquier amenaza.
En Veracruz, el que la hace la paga.
Y es que la magnitud que ha alcanzado el crimen en el país no distingue ni condición económica, ni política, ni social, y lamentablemente afecta o pareciera afectar cada vez a más y más partes de la república, y piensan que aquí en Veracruz pueden hacer lo propio.
Con solidaridad inmediata reaccionamos al llamado de unidad nacional para expresar nuestro repudio a los lamentables y criminales hechos de Morelia, como también a otros hechos proditorios como los acontecidos en el Estado de México.
La sociedad nos exige garantías de seguridad y progreso, y nos exige resultados; nos señala que el monopolio del uso de la ley, para hacer que la ley se respete, le corresponde al Gobierno. Ese es un hecho que nadie, ni en los ayuntamientos, ni en los poderes del Estado, ni de la Federación, puede rehuir.
Sin embargo, el llamado que ahora extendemos a toda la sociedad, a todas las organizaciones, a todos los ámbitos, tiene el propósito de enviar un mensaje claro, contundente, definitivo, enérgico.
No estamos dispuestos a perder la oportunidad de disfrutar de nuestros parques y jardines, de nuestros sitios de esparcimiento y de nuestros espacios o instalaciones de la cultura, el deporte o la recreación.
Veracruz es un pueblo amistoso, solidario y trabajador, es gentil, que disfruta vivir en paz, pero que exige también que a quienes violan este acuerdo fundamental, este código de conducta de la familia veracruzana, se les aplique todo el peso de la ley.
En los últimos años hemos venido generando una dinámica de atracción de inversiones imponentes, de generación de empleos, hemos logrado romper la curva de la desindustrialización y hemos logrado también penetrar con éxito en el combate a la pobreza extrema, esa otra forma de inequidad y de injusticia que, con la misma decisión que combatimos al crimen, debemos combatir con todo la fuerza del Estado.
Porque allí, en el origen social, en las diferencias del ingreso, encontramos también otra responsabilidad que no podemos rehuir y que asumimos con toda decisión a la hora en que asumimos la de aplicar la ley contra la de la delincuencia.
Nada ni nadie puede atentar contra nuestro derecho y nuestra decisión de vivir con alegría. Una y otra vez afirmamos, y lo hacemos con toda claridad y decisión, que en Veracruz la delincuencia no puede asentarse, que no hay ni salvoconducto ni acuerdos y sí un combate a fondo contra quienes de afuera o de adentro intenten establecerse en nuestro territorio.
Veracruz es tierra de leyes, aquí vamos a seguir demandando la aplicación de la ley sin complacencias. A quien viole una norma jurídica hay que aplicarle la ley.
Y hay que buscar favorecer, con los instrumentos del respaldo jurídico, las acciones inmediatas que junto a la flagrancia posibiliten a los cuerpos de policía y a las fuerzas de seguridad su acción y su trabajo.
Reconozco -porque ha sido la decisión al unirnos en este Pacto por la Seguridad de los Veracruzanos- una que tomamos con absoluta claridad e inmediatez en torno del presidente Calderón que nos alienta, nos respalda: el valor, la limpieza, la decisión el coraje y la entrega del heroico Ejército mexicano.
Vamos a perfeccionar todos los mecanismos que están incluidos en los resolutivos del Acuerdo Nacional, que a nombre de las instituciones y el pueblo de Veracruz tuve a bien firmar en Palacio Nacional, y a dar seguimiento a cada una de las decisiones que allí están contenidas.
Vamos a cumplir con cada uno de los 10 puntos de la declaración que está contenida en el proyecto de pacto que firmaron los presidentes y dirigencias de los partidos políticos -de las que aceptamos la propuesta para delinear algunos conceptos en el pacto, que responsabilicen con nombre y apellido a quienes no les tiembla la mano, para defender a Veracruz y respaldar con generosidad a las instituciones de la nación-, réplica en exactitud del Acuerdo Nacional y que agrega otras decisiones que los veracruzanos tenemos para proteger a nuestras familias, adultos mayores, niños, comerciantes, a prestadores de servicio y a la ciudadanía.
Se trata de cumplir el primer lineamiento del Acuerdo Nacional, se trata de que cada uno de los diferentes acuerdos que han sido ya desarrollados y evaluados o están siendo implementados ante las dependencias responsabilizadas, en Veracruz se les dé seguimiento y se agreguen aspectos que los dimensionan y los multiplican.
Estamos ante una delincuencia que cuenta con vastos recursos económicos y organizativos que son cada vez más sofisticados.
Por eso, la posibilidad de combatirla con éxito está, sí, en ser claros en el discurso pero mejores en la acción, en emplear nuestros instrumentos lícitos y estrategias y tácticas de alcance global y particular por las regiones, por las zonas, por los sectores de 14 puntos vulnerables que en Veracruz, con los estudios de inteligencia, hemos podido establecer.
Nada ni nadie puede atentar contra Veracruz, contra la inocencia de nuestros niños y jóvenes, contra nuestras mujeres y contra nuestros ciudadanos.
En ese sentido, al unirnos en un pacto por la seguridad de los veracruzanos y respaldar al presidente Felipe Calderón en torno del Acuerdo Nacional para la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, proponemos líneas de acción con tiempos y responsables.
Y recordando la frase a la que hacía memoria, aun a costa de la vida, hay que hacer que Veracruz viva en paz.
Vamos por ellos. Vamos por la paz.
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